Por
fin se dio el primero de tres debates a la presidencia de la república. Respecto
al formato al fin se rompe la cuadratura de éstos en los ejercicios pasados.
Ahora se pudo tener una confrontación directa uno con otro candidato, sin
embargo hay cosas a mejorar, por lo pronto es un formato que se celebra y se
aprende para en futuras ocasiones llevar el formato a una mayor flexibilidad. Los
moderadores fueron imparciales, se pensaba que serían más insistentes con
Andrés pero fue el mismo trato para todos.
Naturalmente
todos se fueron contra AMLO, es el claro puntero y los esfuerzos de todos se concentraron
en atacarlo. Vamos por partes.
Anaya
Sin
duda el candidato del frente fue el ganador, hasta cierto punto eso ya era
predecible, Anaya es buen orador, articulado, claro en lo que dice y como lo
dice, hizo cuestionamientos puntuales que Andrés Manuel prefirió no contestar,
uno de ellos porque lo salvó el cronómetro. Se concentró en mostrar la idea de
dos proyectos, el de Andrés y el suyo, sin embargo no lo hizo de manera
explícita y reiterativa. Perdió tiempo atacando a Meade innecesariamente,
mientras eso sucedía AMLO se mostraba relajado. Para cerrar el debate ya
explícitamente puntualizó que solo él es la única opción para impedir el arribo
del Peje a los pinos.
AMLO
Andrés
perdió el debate sin duda, pero esa pérdida es relativa en el sentido que no se
espera una pérdida considerable en las preferencias. Al inició salió relajado,
soberbio, cómodo, pero como es natural en algún punto tendría que mostrar su
incomodidad, sobre todo corporalmente. No pudo explicar sus propuestas, menos
defenderlas, el Bronco y Anaya le hicieron cuestionamientos claros, el primero
sobre las prerrogativas de MORENA, contestó, pero hubiera sido preferible
quedarse callado. Al segundo lo ignoró en términos generales al no contestar
sobre Navarro y Romo, quienes fueron acusados por Andrés de ser corruptos y
ahora uno es candidato al senado y otro a Jefe de Gzabinete, entre otras cosas.
Con todo y lo mal que se vio, pudo salir un poco dañado y nada más. Las
imágenes de cómo sale del set donde se llevó a cabo el debate lo dicen todo, en
cuanto terminó sin dirigirle la palabra a nadie tomó sus cosas y se marchó.
Meade
Si
había alguien que tenía que dar un golpe de autoridad en el debate era él, si
bien Anaya tenía la presión de ir por el puntero, el reto de Meade era
diferenciarse completamente de Anaya para constatar que es quien puede ganarle
a AMLO. Desafortunadamente para él no fue así, tuvo diversos intentos de ataque,
pero no logró atraer la atención, a reserva del espacio que se enfrentó con
Anaya. Con Andrés pasó lo mismo, no se enganchó con él y con los independientes;
hasta los secundó en algunas cosas, especialmente A Margarita. Lo lamentable
para la campaña es cuando dijo que es el primer candidato del PRI honesto, el
mensaje es todos los anteriores son corruptos (algo de razón hay). No veo como
pueda salir de ésta, era el momento de despuntar y no lo hizo.
El Bronco
Sorprende
por dos cosas: Logra llamar la atención – más de lo que se esperaba – por sus
ataques reiterativos a AMLO. Primero midió el terreno e hizo que Andrés se
enganchara en el anzuelo por momentos. Su discurso anti partidos era natural y
en algunas ocasiones el contexto le daba la razón, cuando todos debatían un
tema y se “echaban la bolita”. Él lo decía tal cual, que los partidos solo eso
hacen y no solucionan nada. Lo segundo, la deplorable ocurrencia de cortar las
manos a quien robe. No es posible que una persona que quiere ser Jefe de Estado
en una democracia esté proponiendo eso. Subirá tal vez en las preferencias,
puede que le quite votos a AMLO – no voto duro, el indeciso que está pensando
en votar por él – ya que es un electorado antisistema. Está cumpliendo la
función por la cual está en la boleta electoral, atacar a Andrés Manuel.
Margarita
Sorprende
para bien, se esperaba una actuación pésima y resultó de regular a mala. Se
miraba mucho trabajo de preparación, voz fuerte y seguridad, se notaba muy
ansiosa y eso ocasionaba que por momentos no articulara las ideas
correctamente. Tiraba golpes pero no eran respondidos por Anaya ni AMLO. Algo
positivo fue el no obsesionarse contra el candidato del Frente, se esperaba eso
y no fue así. Siempre buscó subirse al ring, pero no lo logró, el Bronco le
robó los reflectores del lado de los independientes.
Post-debate
El
primer round se dio en el set del debate, el segundo inmediatamente después de
terminar éste, ahí es donde le fue peor a AMLO. Parece que sus adversarios
están quitando la imagen invencible que hasta el momento tenía Andrés. La
opinión pública en su mayoría señala que ganó Anaya.
Insisto,
de nada servirá el triunfo de Anaya si no se refleja en las preferencias electorales
posteriores al debate. Aun subiendo algunos puntos y AMLO bajado, quedan muchos
días para el próximo debate y esos puntos de más – hipotéticamente que puede
ganar- los puede perder en ese periodo. El reto para el Frente está en no
perder lo que pudo ganar en el primer debate.
Andrés
Manuel tiene buen margen – como lo dicen las encuestas – sobre Anaya. En este
debate se pudo dar el lujo salir algo golpeado y tal vez perder uno o dos
puntos porcentuales, sin embargo, es algo que él y su equipo no debe de dejar que
suceda en las siguientes ocasiones.
Los
restantes candidatos ya no tiene nada que hacer – en el sentido de
posibilidades reales de ganar – en la contienda, no por ello quiere decir que
su electorado no jugará un papel importante, ya que al ver que su candidato no
puede ganar, tal vez tenga como segunda opción a uno de los dos punteros.
Imágenes vía: Reforma.