martes, 24 de abril de 2018

La carrera es de dos: Primer debate presidencial


Por fin se dio el primero de tres debates a la presidencia de la república. Respecto al formato al fin se rompe la cuadratura de éstos en los ejercicios pasados. Ahora se pudo tener una confrontación directa uno con otro candidato, sin embargo hay cosas a mejorar, por lo pronto es un formato que se celebra y se aprende para en futuras ocasiones llevar el formato a una mayor flexibilidad. Los moderadores fueron imparciales, se pensaba que serían más insistentes con Andrés pero fue el mismo trato para todos.
Naturalmente todos se fueron contra AMLO, es el claro puntero y los esfuerzos de todos se concentraron en atacarlo. Vamos por partes.
Anaya
Sin duda el candidato del frente fue el ganador, hasta cierto punto eso ya era predecible, Anaya es buen orador, articulado, claro en lo que dice y como lo dice, hizo cuestionamientos puntuales que Andrés Manuel prefirió no contestar, uno de ellos porque lo salvó el cronómetro. Se concentró en mostrar la idea de dos proyectos, el de Andrés y el suyo, sin embargo no lo hizo de manera explícita y reiterativa. Perdió tiempo atacando a Meade innecesariamente, mientras eso sucedía AMLO se mostraba relajado. Para cerrar el debate ya explícitamente puntualizó que solo él es la única opción para impedir el arribo del Peje a los pinos.
AMLO
Andrés perdió el debate sin duda, pero esa pérdida es relativa en el sentido que no se espera una pérdida considerable en las preferencias. Al inició salió relajado, soberbio, cómodo, pero como es natural en algún punto tendría que mostrar su incomodidad, sobre todo corporalmente. No pudo explicar sus propuestas, menos defenderlas, el Bronco y Anaya le hicieron cuestionamientos claros, el primero sobre las prerrogativas de MORENA, contestó, pero hubiera sido preferible quedarse callado. Al segundo lo ignoró en términos generales al no contestar sobre Navarro y Romo, quienes fueron acusados por Andrés de ser corruptos y ahora uno es candidato al senado y otro a Jefe de Gzabinete, entre otras cosas. Con todo y lo mal que se vio, pudo salir un poco dañado y nada más. Las imágenes de cómo sale del set donde se llevó a cabo el debate lo dicen todo, en cuanto terminó sin dirigirle la palabra a nadie tomó sus cosas y se marchó.
Meade
Si había alguien que tenía que dar un golpe de autoridad en el debate era él, si bien Anaya tenía la presión de ir por el puntero, el reto de Meade era diferenciarse completamente de Anaya para constatar que es quien puede ganarle a AMLO. Desafortunadamente para él no fue así, tuvo diversos intentos de ataque, pero no logró atraer la atención, a reserva del espacio que se enfrentó con Anaya. Con Andrés pasó lo mismo, no se enganchó con él y con los independientes; hasta los secundó en algunas cosas, especialmente A Margarita. Lo lamentable para la campaña es cuando dijo que es el primer candidato del PRI honesto, el mensaje es todos los anteriores son corruptos (algo de razón hay). No veo como pueda salir de ésta, era el momento de despuntar y no lo hizo.
El Bronco
Sorprende por dos cosas: Logra llamar la atención – más de lo que se esperaba – por sus ataques reiterativos a AMLO. Primero midió el terreno e hizo que Andrés se enganchara en el anzuelo por momentos. Su discurso anti partidos era natural y en algunas ocasiones el contexto le daba la razón, cuando todos debatían un tema y se “echaban la bolita”. Él lo decía tal cual, que los partidos solo eso hacen y no solucionan nada. Lo segundo, la deplorable ocurrencia de cortar las manos a quien robe. No es posible que una persona que quiere ser Jefe de Estado en una democracia esté proponiendo eso. Subirá tal vez en las preferencias, puede que le quite votos a AMLO – no voto duro, el indeciso que está pensando en votar por él – ya que es un electorado antisistema. Está cumpliendo la función por la cual está en la boleta electoral, atacar a Andrés Manuel.
Margarita
Sorprende para bien, se esperaba una actuación pésima y resultó de regular a mala. Se miraba mucho trabajo de preparación, voz fuerte y seguridad, se notaba muy ansiosa y eso ocasionaba que por momentos no articulara las ideas correctamente. Tiraba golpes pero no eran respondidos por Anaya ni AMLO. Algo positivo fue el no obsesionarse contra el candidato del Frente, se esperaba eso y no fue así. Siempre buscó subirse al ring, pero no lo logró, el Bronco le robó los reflectores del lado de los independientes.


Post-debate
El primer round se dio en el set del debate, el segundo inmediatamente después de terminar éste, ahí es donde le fue peor a AMLO. Parece que sus adversarios están quitando la imagen invencible que hasta el momento tenía Andrés. La opinión pública en su mayoría señala que ganó Anaya.
Insisto, de nada servirá el triunfo de Anaya si no se refleja en las preferencias electorales posteriores al debate. Aun subiendo algunos puntos y AMLO bajado, quedan muchos días para el próximo debate y esos puntos de más – hipotéticamente que puede ganar- los puede perder en ese periodo. El reto para el Frente está en no perder lo que pudo ganar en el primer debate.
Andrés Manuel tiene buen margen – como lo dicen las encuestas – sobre Anaya. En este debate se pudo dar el lujo salir algo golpeado y tal vez perder uno o dos puntos porcentuales, sin embargo, es algo que él y su equipo no debe de dejar que suceda en las siguientes ocasiones.
Los restantes candidatos ya no tiene nada que hacer – en el sentido de posibilidades reales de ganar – en la contienda, no por ello quiere decir que su electorado no jugará un papel importante, ya que al ver que su candidato no puede ganar, tal vez tenga como segunda opción a uno de los dos punteros.

Imágenes vía: Reforma.