martes, 27 de febrero de 2018

El Error de la "Mafia del Poder"


Supongamos por un momento que si existe la mafia del poder – nótese que no tiene comillas – y que Andrés Manuel es quien dicen que es, la persona que va a cambiar por completo el país, combatirá la corrupción e impunidad, y no habrá cabida para quienes pretendan violar el estado de derecho desde el gobierno.
Partiendo de lo anterior la mafia del poder estaría muy preocupada porque hoy más que nunca Andrés Manuel tiene grandes posibilidades de ganar. La lógica – aunque en política muchas veces no se usa – diría que se repetirá lo mismo que en los dos procesos pasados; 2006 el PRI sabiéndose perdido apoyó a Felipe Calderón, 2012 el PAN hizo lo propio a favor de Peña, que si la campaña hubiera durado un par de semanas, el Peje estaría en los Pinos.
Es un hecho que el PRI no volverá a los pinos en el 2018, tan urgidos estaban que tuvieron que cambiar sus estatutos para que un alguien no afiliado el partido pudiera ser candidato, aun así Meade no ha sido lo que todos pensaban. Ningún candidato tiene posibilidades - aunque se hagan sus chaquetas mentales con Meade o independientes – reales de ganarle al Peje más que Ricardo Anaya. La elección se va a polarizar entre ellos.
Como se veía venir, Anaya se despegó en las precampañas de Meade, de estar en un tercer lugar, subió a segundo y la tendencia era ir por el Peje, sin embargo el PRI se sigue aferrando a la contienda, ha iniciado una campaña contra Anaya – creo que él no se la esperaba – que realmente tambalean sus posibilidades de ganar. 
No es un caso nuevo, ya se le había señalado públicamente sobre un participación en un esquema de lavado de dinero, la cuestión es que Anaya compró un terreno en el 2014 a 13 millones de pesos, en el cual construyó una nave industrial, dos años después fue vendido por 54 millones de pesos. Resulta – que casualidad – que el 16 de febrero la empresa Manhattan Master Plant Development,  compradora de la nave industrial fue declarada “empresa fantasma” por el SAT, el 20 se le acusa de lavado de dinero y el 26 del mismo mes se publica un video de hace trece años donde Anaya se encuentra en la boda de Manuel Barreiro Castañeda, dueño de dicha empresa.
            Más allá de que sea vead o no, el hecho es que están “bajando” al único integrante de la mafia del poder que puede ganarle al Peje. El PRI debe de medir a sus ataques porque si los siguen haciendo aunque después todos se vayan a favor de Anaya, el daño será tal que no le alcanzará para derrotar al Peje, que hasta el momento lo único que tiene que hacer es ver como sus contrincantes se destruyen.
El grave error de la mafia del poder es creer que quitándole votos a uno de sus integrantes – Anaya – en automático que se irán con Meade. Anaya y su grupo no dejaron tantos enemigos en el camino como para declinar – de facto – por la coalición encabezada por el PRI.
La mafia del poder por primera vez – están a tiempo de parar – estaría yendo dividida y eso les puede costar caro. A reserva de que parte de esa mafia – PRI – ya haya sido purificada y tenga acuerdos con ya saben quién, es una hipótesis que ya algunas voces han comenzado a replicar.

martes, 13 de febrero de 2018

Lo que dejaron las precampañas presidenciales


El pasado once de febrero terminaron las precampañas, en las cuales – se supone – los precandidatos a la presidencia buscaban mandar un mensaje a su militancia – también se supone – para que posteriormente fueran aprobados como candidatos.
Las tres principales fuerzas políticas que se disputan los pinos ya tenían candidato definido antes de la precampaña. Andrés Manuel sin duda desde que concluyó la elección del 2012 ya era candidato para éste proceso, Anaya siendo el único después de la salida de Margarita y declinación de otros presidenciables del PAN y PRD. Por último, en la pasada asamblea nacional de PRI del mes de agosto, se eliminó el candado que hacía referencia a que solo pueden ser candidatos aquellos que lleven diez años de militancia priista, a partir de ese momento se supo que la candidatura tenia nombre y apellido, José Antonio Meade.
Después de 9.1 millones de spots entre radio y televisión, guerra sucia de todos contra todos en las redes sociales, no hay mucho cambio en cuanto a quién sigue al frente de la carrera presidencial. Vamos por candidato.

Andrés Manuel
No hay novedad, sigue siendo el puntero en todas las encuestas, en unas hasta por once puntos porcentuales (voto efectivo), en las que se toman en cuenta los indecisos mantiene una ventaja en el promedio de encuestas, está solo cinco puntos porcentuales arriba, la ventaja que tiene es su voto sólido, los números no bajan, pero tampoco suben lo suficiente tomando en cuenta que es el más conocido.
La actitud de Andrés Manuel de todos son bienvenidos, se tiene espacio para todos, electoralmente no es mala, de eso se trata una elección, de sumar, hay que ganar la elección y luego hacerse bolas en cómo gobernar, el Peje lo realiza bien.
El único detalle es que AMLO tiene un peor enemigo, nada más y nada menos que él mismo, no debe cometer errores, debe de seguir con la actitud amorosa e incluyente, no debe de pelearse con la comentocracia, debe de aceptar la crítica y  no mostrar la intolerancia que en muchas ocasiones ha mostrado, las cuales le costaron la presidencia dos veces.
¿Qué debe de hacer Andrés Manuel? La respuesta es sencilla, nada, o mejor dicho, no cometer errores, las coaliciones conformadas por el PAN y PRI se pelearán muerte por el segundo lugar, mientras eso pase, el Peje puede estar tranquilo.

José Antonio Meade
Cuando se dio el “destape” hubo toda una campaña mediática por ponerlo como principal contendiente a derrotar al Peje, las encuestas lo ponían – en un legajo - segundo lugar, pero estaba ahí, en segundo, esto poco a poco se fue desvaneciendo hasta llegar a un tercer lugar y alejándose.
La candidatura resultó ser peor de lo que se esperaba, todos pensaban que un candidato no priista le daría un plus, pero por una parte los ciudadanos creen que él es priista y los priistas de la base no creen que lo sea, entonces la cosa se le complica.
Con base en ello le sumamos que no tiene un mensaje definido, su mejor carta es decir: que tiene mucha experiencia en la Administración Pública, ha trabajado en diversos gobiernos y además de diferentes colores; gobiernos que por cierto han hecho que la situación del país se encuentre en las actuales condiciones, entonces, ese positivo se convierte en negativo.
El mal que aqueja actualmente a los ciudadanos es la corrupción, cómo puede hablar un candidato priista de ir contra de ello cuando es la corrupción la que está en el ADN del PRI, por donde quiera que vaya Meade en cuanto a su discurso será usado en su contra.
Meade y el priismo tienen que concentrar todas sus fuerzas para ir contra Anaya y recuperar el segundo lugar, no puedes “subirte al ring” con Andrés Manuel si vas en tercero, la campaña va cuesta arriba y cada vez se ve más empinada.

Ricardo Anaya
Al final del se salió con la suya, después de pelearse con todo el panismo opositor a él, unos se salieron, cambiaron de partido, otros declinaron ir contra él en una interna – sabían que no ganarían- y todo quedó en la materialización de una precandidatura única.
Inició con ideas claras, una de ellas el sueldo básico universal, que después se perdió el tema y no volvió a mencionarlo. El mensaje claro de Anaya es de cambio y señala dos vías, cambio hacia el pasado Andrés Manuel y futuro que es con él, esa es la idea que ha querido vender y al parecer va por buen camino, quizá no como él quisiera, pero le ha valido ir del tercer a segundo lugar.  
Durante la precampaña por algunos momentos se sentía como perdido el objetivo, en el sentido de a quién atacar, Meade o AMLO. El reto de Anaya es aniquilar al PRI, asegurarse que se quede en tercer lugar muy pronto y ahora sí, ir a la final vs AMLO, que yo creo que así será, pero al PRI no se le puede dar por muerto.
Anaya tiene como ventaja – para algunos es desventaja- de no contar con el apoyo de los ex presidentes panistas Fox y Calderón, eso puede favorecer al discurso de reconocer algunos errores durante los doce años panistas, sin embargo por el momento no ha sabido capitalizar esa situación.
Lo que Anaya ha tratado de evadir son las – de nuevo – señalamientos de su asociación civil y el famoso predio, solo se limita a decir que es “guerra sucia”, que para efectos de campaña es buena respuesta, para los hechos no.


Independientes

Mientras los otros partidos estaban en precampaña, los independientes no podían subirse al ring con ellos, estaban en lo suyo, las firmas, que falta que se las validen, pero al parecer habrá tres independientes. El bronco aparentemente es quien va más sólido,  sorpresivamente (y sospechosamente) Ríos Piter es el que le sigue y Margarita va que vuela para ser un gran fracaso aunque ya esté con las firmas requeridas.
Ríos Piter hace un llamado a una candidatura única, dudo que se dé. Margarita se peleó con la dirigencia del PAN, se salió, recorrió el país, ¿para qué? ¿para declinar? lo dudo. El bronco desde que buscó la gubernatura lo hizo como escalón para ser candidato presidencial, ha derrochado recursos y no creo que para declinar.
Juntos o separados dudo logren un 10%. Que será valioso ese porcentaje solo para el análisis, a quién le quitaron votos, pero nada más.

 Balance General
Dado el contexto todo indica que la elección se va a polarizar, creo que será la misma dinámica del 2006 y 2012, primero el PRI apoyó a Calderón, luego Calderón a Peña, no dudo que sabiéndose perdido el PRI lo que menos querrá es ver ganar a AMLO.
La historia en las últimas elecciones no ha dicho que quien inicia como tercero, se queda como tercero y quien inicia como primero se cae, en el 2012 dada la gran ventaja de Peña le alcanzó, pero si la campaña hubiera durado una semana más, no dudo que AMLO hubiera ganado, ahora el Peje no tiene la ventaja tan amplia por más que nos la quieran vender, pero ventaja es ventaja, quien sabe si le alcanzará, no hay nada para nadie, así arrancarán las campañas.

        Les recomiendo este reporte de las precampañas que realiza Integralia Consultores, en él podrán encontrar datos de cuantos viajes realizaron y a donde fueron, qué dijeron, cómo usaron sus redes sociales entre otros.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Elecciones y Presidencialismo: Un Juego de Suma Cero

De acuerdo con el politólogo italiano Norberto Bobbio (2001) la democracia es el conjunto de reglas procesales para toma de decisiones en donde está prevista y propicia la mayor participación de los interesados, donde hay algunas condiciones necesarias; elecciones libres y periódicas, voto universal, competencia y competitividad. Hasta aquí todo bien, todas las democracias que conocemos actualmente son representativas, los ciudadanos eligen a sus representantes y éstos toman las decisiones en función de las necesidades de los gobernados, bueno, al menos así debería de funcionar.
En el caso de México como en los países del continente se tiene un sistema presidencial, que quiere decir esto, que las elecciones principales y por las que las diversas fuerzas políticas enfocan todos sus esfuerzos son en la elección presidencial, es un juego de suma cero, el que gana se lleva todo y los demás nada. Esto ocurre una y otra vez, en cuanto el candidato ganador toma posesión de cargo, de inmediato inicia la próxima carrera presidencial.
Nuestra democracia se desgasta poco a poco, ya no importan las demandas de los ciudadanos, lo importante es la próxima elección. Van Reybrouck (2017) en su libro “Contra las Elecciones” señala que se ha tomado como sinónimo elecciones a la democracia, cuando de elecciones apenas se lleva hablando poco más de 200 años y de democracia desde antes de Cristo. Hacer énfasis en las elecciones no es algo negativo, sin embargo no es lo único, éstas solo son un componente de la democracia, hay algo más allá que al parecer la clase política se niegan a ver.
En México la historia reciente nos muestra que el candidato ganador, una vez en la presidencia acomoda sus “fichas” para ir perfilando al siguiente, en el caso de los diputados y senadores es lo mismo, una vez tomando el escaño buscan construir una candidatura para las siguientes elecciones, eso se puede ver a nivel federal y local.
Entonces, ¿las elecciones para qué sirven? Para legitimar a los diversos actores políticos cuando van por un cargo de elección popular, esa es la respuesta más realista dado el contexto.
 
Un buen comienzo

La crisis de la democracia en México (como en otros países) se debe a que nos hemos limitado a las elecciones, no se buscan espacios de decisión más allá del día de la jornada electoral. Es evidente que nuestro sistema político presidencial de suma cero a sido rebasado dado nuestro contexto. 
Quizá sea el momento de plantear seriamente la posibilidad de transitar de un sistema presidencialista a uno semipresencial o mixto, donde el poder no se concentra en una sola persona, sino es compartido con un primer ministro que a su vez es elegido por la mayoría del congreso. 
De acuerdo con Sartori (en Espinoza: 2016) “un sistema político es semipresidencial si se aplican conjuntamente las siguientes características:
a)    El jefe de Estado (el presidente) es electo por el voto popular –ya sea directa o indirectamente– para un periodo predeterminado en el cargo.
b)    El jefe de Estado comparte el Poder Ejecutivo con un primer ministro, con lo que se establece una estructura de autoridad dual cuyos tres criterios definitorios son:
1.    El presidente es independiente del Parlamento, pero no se le permite gobernar solo o directamente, y en consecuencia su voluntad debe ser canalizada y procesada por medio de su gobierno;
2.    De la otra parte, el primer ministro y su gabinete son independientes del presidente porque dependen del Parlamento; están sujetos al voto de confianza y/o al voto de censura, y en ambos casos requieren del apoyo de una mayoría parlamentaria, y
3.    La estructura de autoridad dual del semipresidencialismo permite diferentes balances de poder, así como predominios de poder variables dentro del Ejecutivo, bajo la rigurosa condición de que el ‘potencial de autonomía’ de cada unidad componente del Ejecutivo subsista”.

Hasta el momento en México la clase política parece conformarse con el tipo de sistema político que se tiene, los cambios que se han puesto sobre la mesa como la segunda vuelta - que para nada soluciona el problema aunque si permitiría unir fuerzas que podrían materializarse en un gobierno de coalición -, sin embargo, el mismo Gobierno de coalición es otra de las apuestas que en las presentes campañas – disfrazadas de precampañas –  se plantea con los partidos que conforman la coalición "Por México, al Frente ".
Incluso puede que el sistema semipresidencial no solucione la crisis de la  “democracia electorera”, no obstante, si abonaría a un mejor equilibrio de poderes que dan margen a la negociación política entre las diversas fuerzas, así como mejores procesos democráticos y no limitarse a la suma cero de cada proceso electoral presidencial.  

Referencias: 

Bobbio, N. (2001) El Futuro de la Democracia, 3era edición. México. Fondo de cultura económica.

Espinoza, R. (2016) Sistemas Parlamentario, Presidencial y Semipresidencial. Cuadernillo de divulgación Democrática No 20. México. Instituto Nacional Electoral. Disponible en: http://biblio.ine.mx/janium/Documentos/cuaderno_20.pdf
Van Reybrouck, D. (2017) Contra las Elecciones: Cómo Salvar la Democracia. México. Taurus