domingo, 17 de marzo de 2019

Revocación de mandato: ¿Y reelección?

Durante la campaña el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que a su llegando al poder buscaría la Revocación de Mandato. Llegó la hora de poner al debate dicha propuesta, la cual ya se aprobó en la cámara de Diputados e irá al Senado a ser discutida y sometida a votación. Sin embargo, dada la naturaleza de la reforma - que es constitucional - también deberá pasar por los congresos locales. 

La oposición se ha pronunciado con un rotundo no con dos argumentos principales: el primero es que se buscará tenerlo en la boleta de la elección intermedia para que los candidatos de MORENA al congreso y 13 gubernaturas que estarán en juego tengan un efecto similar al del pasado proceso electoral. El segundo argumento son las fobias de la reelección. 

La idea que AMLO será quien hará que ganen los candidatos de MORENA en las intermedias del 2021 es cierta bajo dos premisas: la primera es que su Gobierno será bueno y por ende su popularidad no bajará y la segunda es que tendrá un efecto directo a favor en una las elecciones. Si es lo contrario, como la oposición señala ya que los primeros 100 días del Gobierno solo han dicho que todo está mal. Si todo está mal y la tendencia es empeorar ¿Cuál es el problema de la revocación de mandato? Al contrario, les estarán dando las herramientas a la oposición para que mediante métodos democráticos saquen al Presidente de Palacio Nacional. 

Siguiendo con el mismo argumento sobre que tendría mucha popularidad, entonces ¿Se debe legislar sobre la revocación de mandato hasta que un Presidente tenga baja popularidad y sea propenso a perder una elección de esa índole? El legislar sobre la revocación de mandato no tiene que ser en función del contexto político, en el sentido de quienes se someterán a ese mecanismo de participación ciudadana tengan aceptación o no entre los ciudadanos. 

No todo debe de verse de color de rosa desde MORENA y Palacio Nacional. También parten del supuesto que el Gobierno de AMLO mantendrá la aceptación que tiene. En política nada está escrito y en tres años pueden  pasar muchas cosas. Si comienza a fallar la economía y los programas sociales, sigue la inseguridad y en general no cumple con las expectativas y parte del electorado, que lo llevó a la presidencia se decepciona, la oposición se reorganiza y construye una narrativa atractiva. La buena idea que aparentemente se  tiene puede ser todo lo contrario. 


Imagen: Informante.mx
El segundo argumento sobre preparar el camino ante una reelección, no veo que tenga cabida. Esto debido a que no creo que pase por la mente del Presidente. Mas bien es la eterna manifestación de quienes se oponen a AMLO, buscar compararlo principalmente Chávez y ahora con Maduro. Lo cual quedó expuesto que esa narrativa ya no la compra la sociedad mexicana.. 

Supongamos que si quiere reelegirse el Presidente y la revocación de mandato, no es más que medir el terreno par ver si busca o no la reelección. No veo nada de malo en esto, partamos de la eterna premisa, el político busca el poder y mantenerse. Está en su derecho de buscar una continuidad como la oposición de impedirlo. De eso se trata la política, de estar una una dinámica permanente en la búsqueda del poder político, esto se da en cualquier democracia. 

Ta vez siguen las fobias sobre la reelección debido a que aún no se tienen consolidadas las instituciones democráticas, y en el afán de  buscar seguir el en poder se debilitarían más. Esto traería como consecuencia entrar en una crisis democrática.   

Es tiempo de quitarnos los estigmas del pasado, salir de nuestro estado de confort y replantear nuestro sistema democrático. Incluir más mecanismos - sin descuidar y reforzar lo que se tiene -  de participación ciudadana trae como consecuencia la madurez de nuestra democracia. 

En el fondo todo parece indicar que la oposición no quiere la revocación de mandato por una sola razón, se saben incapaces políticamente para ganar en las urnas. 





lunes, 11 de marzo de 2019

A cien días sin oposición

Han pasado cien días desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a los Pinos, digo, Palacio Nacional, todos los análisis y críticas se han enfocado a sus acciones del nuevo Gobierno y la nueva hegemonía de MORENA. 

Lo que se deja de lado es que si bien quien toma las decisiones públicas son quienes ostentan el poder político, no debe permitir que éste se ejerza sin crítica y contrapesos, ya que no abona en nada a la Democracia. 

AMLO tiene el apoyo popular, por ende ante cada crítica o señalamiento ante sus acciones son defendidas con o sin razón, pero no por ello quiere decir que el Presidente tome las mejores decisiones para el país. Algunas si y otras no. 

La siguiente parada importante en las urnas son las intermedias - a excepción de este año en Puebla y Baja California, que son de Gobernador - y desde ya se tiene que estar reagrupando las fuerzas políticas opositoras si quieren competir realmente.

La oposición se puede ver desde tres aristas; los partidos políticos, la sociedad civil y los Gobernadores, que si bien estos últimos son emanados de partidos juegan su propio juego.   El error cometido por la oposición - que aparentemente sigue noqueada - es fragmentarse, el PAN, PRD, MC, PRI y PVEM parecen estar en su propia dinámica interna. 

El PAN, supuestamente es la única oposición en términos de partido político. Sin embargo se encuentra desdibujado, no tiene un líder sólido; quien ya estaba abanderando una oposición desde el Senado era Rafael Moreno Valle, pero ya no está. El otro personaje que pareciera estar más en campaña que gobernando Chihuahua es Javier Corral, pero no se aprecia un apoyo general del partido en torno a él. 

Con las inminentes derrotas de que se avecinan en este proceso electoral en algunos Estados el futuro del PAN se ve muy obscuro. Hemos visto en peores condiciones al partido en épocas de hegemonía priista y han salido adelante, con la variante que en aquel entonces el partido estaba fuertemente unido. 

En cuanto al PRI, sin duda está en vías de extinción. Un partido más que desgastado, al cual no se ve cómo pueda recuperar poder político. En cuanto dejó de ser la hegemonía, sus miembros siguen migrando a otros partidos y se ha quedado como un partido pequeño pero muy compacto. A pesar de ello no le dará para sobrevivir al siguiente proceso electoral. Hay señales y argumentos suficientes para decir que su cercanía con el presidente se irá intensificando y al final el PRI será absorbido por MORENA. 
Vía: Web
El PRD en términos médicos está con respirador artificial, su desintegración y por ende desaparición; puede ser en las próximas intermedias. Tomando en cuenta que hay desbandada del partido en el congreso, todo parece indicar que a éste también lo terminará absorbiendo MORENA. 

El PVEM que tan pronto terminó la elección se fue con MORENA. Hasta cierto punto podría decirse que era natural, estaba con el PAN mientras gobernaba. Luego con el PRI por las mismas razones y ahora con el partido en el poder. Por ende la poca fuerza política que representan el PVEM no será parte de la oposición sino todo lo contrario. 

MC es el partido emergente que busca abrirse paso y podría recoger alguna parte del electorado que no está con MORENA, pero tampoco se identifica con otros partidos. Ahora tiene un Gobernador en Jalisco como lo es Enrique Alfaro, que seguramente está ya en marcha su plan para buscar la presidencia en el 2024.   Quizá ellos se sumarán al PAN para ser una voz desde las cámaras que le haga frente al Presidente. 

Por otra parte se tiene a la sociedad civil que desde los diversos foros, cámaras empresariales y demás organismos no  gubernamentales, buscan hacerle frente en un debate de ideas; que si bien pueden tener la razón en la mayoría de los temas, la narrativa no ha sido lo suficientemente convincente para que los ciudadanos les compren sus argumentos. 

Finalmente se encuentran los Gobernadores. Ellos a pesar de no querer ir en el mismo sentido del Presidente se ven limitados a diversas presiones, por ejemplo el presupuesto. Que históricamente ha sido un forma de control político hacia los Gobernadores, pero todavía hay una razón de mayor peso. Es la fiscalización de sus gestiones, ninguno quiere ser el próximo Padrés o Duarte. La lógica de los Gobernadores partiendo de esas premisas es no meterse con el Presidente y como consecuencia quiere decir no oposición. 

Lo cierto es que hubo un 47% del electorado, el cual no se identificó con el proyecto del Presidente. Eso no quiere decir que se traduzca en apoyo al PAN, el cual aparentemente será el abanderado de la oposición

La respuesta a porqué realmente el Gobierno no tiene una oposición es debido a que quienes buscan hacerle frente, son los mismos que fueron arrasados en las pasadas elecciones. Los ciudadanos ya no les compran sus ideas, en campaña no lograron imponer su narrativa sobre la de AMLO. Es momento de replantearla lo más pronto posible.   

Hay un hueco que no está a favor del Presidente y nadie lo ha llenado, en la medida que alguien lo llene y abandere la oposición,  será el nivel de resistencia que tenga el presente Gobierno.  







  

miércoles, 6 de marzo de 2019

Aniversario del PRI:"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", esto escribió Augusto Monterroso en 1959. Esta minificción bien se puede contextualizar a la realidad del PRI. Después de 90 años despertamos y aún sigue aquí. 

El Partido Revolucionario Institucional esta semana "festeja" su noventa aniversario. El 4 de marzo de 1929 se constituyó bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1938 se modificó su nombre como el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y finalmente en 1946 bajo el nombre que ya todos conocemos por sus siglas PRI. 

La historia del sistema político mexicano, así como la construcción social posterior a la revolución mexicana del país no se puede entender sin el  PRI. 

Un partido que en sus orígenes fue diseñado para la repartición de poder una vez terminada la revolución, con estructura corporativista en el cual todos cabían, "había para todos", no había problema aparentemente. 

En su afán de poder el PRI institucionalizó y ha heredado el peor de los males, la corrupción. La cual es la causa de los grandes problemas que hoy aquejan a México. 

http://pri.org.mx/SomosPRI/
La corrupción trajo inseguridad, desempleo, desigualdad social, servicios públicos ineficientes, mala educación, poca competencia económica, etc. No por nada el lema principal del ahora Presidente durante su campaña fue el combate a la corrupción. Tanto ha sido la herencia que el principal problema del último gobierno emanado del PRI fue la causa y como consecuencia la decadencia de la figura presidencial de Peña, el final de su gestión ya la sabemos. 

La primer fractura del régimen priísta - el inicio de la transición democrática - se dio con el movimiento estudiantil de 1968, la segunda con el fraude electoral en 1988 y finalmente en el 2000 con la llegada de la alternancia. 

Se pensaba que iniciaba el fin del partido, sin embargo éste se reagrupó y proyectó a una figura para regresar a los Pinos - claro, contribuyeron los Gobiernos panistas que nunca supieron, entendieron o quisieron desmantelar al PRI - que consiguieron en el 2012 con Peña Nieto. 

Una nueva generación es la que presumían, claro, puede ser nueva, pero con las mismas viejas prácticas que hicieron posible la alternancia. Prácticas similares a contextos distintos, definitivamente no era posible tener los mismos resultados en el sentido de recuperar el poder como en los viejos tiempos. 

El PRI actual jamás, ni en sus peores pesadillas se imaginó un presente como ahora lo tiene, de ser el partido que decidió absolutamente todo de la vida pública del país; hoy tiene una voz que cuenta muy poco por no decir nada. 

En las próximas intermedias habrá además de renovación de la cámara de diputados, 13 gubernaturas que serán la clave para dictaminar el futuro del partido. Sin contar que no tiene nada que hacer en el presente proceso electoral en varias entidades de la República.

Todo parece indicar que la desaparición como tal es inminente y que probablemente quien absorba al partido sea la creciente fuerza política llama MORENA. Esto aún se puede poner en tela de juicio, pero no descartar ¿Por qué? La respuesta es sencilla, los orígenes de MORENA son priistas.

A 90 años el PRI no tiene nada que celebrar, quizá quienes tienen que celebrar al ver la debacle del partido sean nuestros padres o abuelos quienes vivieron bajo su régimen. Los que no lo vivieron igualmente tiene algo que celebrar, ya que a lo largo de su historia el PRI cimentó los grandes problemas del presente que afectan a las nuevas generaciones.