martes, 17 de julio de 2018

Gobierno austero: ¿Gobierno eficiente y eficaz?


Uno de los temas que sin duda aquejan a los ciudadanos es el uso desmedido de los recursos públicos, ante el recorte de estos nadie puede estar en desacuerdo, esto porque hay una desproporción entre los sueldos y todo lo que conlleva ser servidor público – más si es de alto nivel – y lo que cualquier ciudadano gana en un trabajo.
En México se ha creado la idea que entrar a trabajar en el aparato Gubernamental es sinónimo de trabajar poco y ganar mucho, hay algo de razón en eso, especialmente en la burocracia sindicalizada y de alto nivel.
Los ingresos de los altos funcionarios y la clase política no se limita a un sueldo, sino a diversos privilegios como: comida, chofer, camionetas, gasolina, viajes, seguros de gastos médicos privados, cambio de mobiliario o de equipo con el cambio de Gobierno, Asesores – que en muchos de los casos de asesores no tienen nada - , bonos especiales y pensiones a expresidentes por mencionar algunos.
Eso es lo que le da coraje a la población, ver como un pequeño grupo que literalmente derrocha los impuestos que en lugar de verse materializados en servicios públicos, se van a lo ya señalado.
Sobre los sueldos, no estoy a favor de bajarlos, ni del presidente ni de ningún otro trabajador de la Administración Pública, Respecto a respetar que nadie debe ganar más que el presidente, de eso no hay discusión.
¿Por qué estoy en contra de ese punto? Considero que si se trata de ahorrar sobre la nómina, lo que se debe de hacer es adelgazar el aparato burocrático, que si bien hay la propuesta, es solamente sobre los empleados de confianza, paradójicamente se recortará el personal que mayormente trabaja, vamos a ver si eso no ocasiona ineficiencia administrativa.
Cabe señalar que habrá una discriminación laboral entre lo sindicalizados y los de confianza, esto porque los últimos trabajarán 48 horas contra 40 horas de los de base. La respuesta al por qué de esa discriminación es sencilla, al sindicato no lo va a tocar porque ya sabemos lo que ocasionaría.
Implementar estas medidas no causará mayor problema para el Gobierno de AMLO, algunas cosas deberán pasar por el congreso, quiero ver qué partido se opone ante esta política de austeridad que tiene el visto bueno de la sociedad en general, no dudaría que el PRI o PAN se inventen algo para tratar de frenar dichas propuestas.
La pregunta que queda en el aire es ¿un Gobierno más barato es más eficiente y eficaz? La cuestión es que el problema jamás han sido los sueldos de los altos funcionarios, los sueldos no van en función de la capacidad de Gobernar, que es donde realmente está el problema.
Nadie estaría hablando de los sueldos si los Gobiernos fueran eficaces y eficientes, pero no porque no lo sean se debe tomar el tema de los sueldos como algo fundamental para la Admiración Pública, ya que si la eficiencia y eficacia imperar en los Gobiernos, no habría necesidad de implementar una política de austeridad.




miércoles, 4 de julio de 2018

Elecciones 2018: El hartazgo materializado en las urnas

Fuente: publimetro.com.mx
El pasado primero de julio se dio un suceso político electoral nunca antes visto en la historia reciente de nuestro país. Por primera vez desde que tenemos una democracia -2000- ningún candidato a la presidencia había ganado  con tanta legitimidad, no solo en cuanto a votos sino con el reconocimiento abierto de toda una clase política que se oponían a su proyecto político.
Sobra decir que las causas de la victoria de AMLO se deben al hartazgo social, la decepción generalizada de la primera alternancia – PAN 2000 y 2006 - en la cual los Gobiernos del partido ganador no pudieron realizar los cambios fundamentales que el país necesitaba – que hasta la actualidad siguen en la agenda pública – los cuales son combatir la corrupción, impunidad, desigualdad, pobreza, inseguridad entre otros.

Ante ese panorama Andrés Manuel  se logró posicionar como el principal opositor de la clase política que no logró dar los resultados de la alternancia. En 2006 y 2012 no obtuvo la presidencia porque el pacto implícito PAN-PRI, para el proceso electoral que culminará los próximos días no solo la derecha fue dividida, sino el principal partido – PAN – de oposición.
El triunfo de AMLO se veía venir, se sentía en el ánimo social, lo que no se esperaba era la abrumadora victoria, si en cuanto a la presidencia, no en el resto de los cargos que estaban en juego – Diputados Federales, Senadores, Diputados Locales, Munícipes y Gobernadores en algunos Estados – en los cuales simplemente no tuvo competencia.
Los resultados en el resto de los cargos se deben a la marca AMLO, es decir, no importaba quien fuera el candidato, con Andrés Manuel en la boleta el electorado vota más a favor de MORENA, de igual forma con la campaña del “voto parejo” para que se puedan cumplir las promesas de campaña que tenía que pasar por el Legislativo.
Se estima que la coalición encabezada por MORENA obtendrá mayoría entre 17 y 18 Congresos Locales, Gubernaturas; Morelos, Ciudad de México, Chiapas, Tabasco y Veracruz; La coalición abanderada por el PAN solo obtuvo Guanajuato y aparentemente Puebla y Yucatán; Movimiento Ciudadano ganó Jalisco. Por su parte el PRI no obtuvo ninguna victoria. 
Fuente: El Universal Online
En cuanto al escenario post electoral se esperaba que se judicializara, pero dada la contundente victoria y el reconocimiento ya señalado, el clima social es de tranquilidad y esperanza generalizada. La excepción se dará en Veracruz que a pesar de haber ganado cómodamente MORENA, los Yunes – Panistas – irán hasta las últimas consecuencias. En Puebla se dio una elección más peleada en la cual aparentemente – según el PREP – ganará el PAN, sin embargo se dieron una serie de irregularidades que probablemente se resuelva en tribunales.                                                                                                                               

¿Qué Sigue?
El próximo Gobierno que encabezará Andrés Manuel llegará con una gran responsabilidad, no habrá excusas, no habrá “mafia del poder”, no se enfrentará a un congreso minoritario como si lo hizo Fox, Calderón y Peña, – el último si construyó una mayoría al inicio de su mandato - el desenlace ya lo conocemos. La oposición se verá atada en muchos aspectos, podrán oponerse en el discurso, pero en los hechos podrán hacer poco.
Para el caso de MORENA como partido el reto será igual de grande que para el Gobierno, de ser un partido que no tenía nada, tendrá todo, de ser un movimiento que se creó con la finalidad de llevar a AMLO a los pinos, una vez cumplido ese objetivo ¿qué pasará?
Su Pragmatismo permitió tener voces ideológicamente opuestas que tarde o temprano se confrontarán internamente. El “pastel” estaba muy grande en estas elecciones, había rebanadas de sobra para repartir, sin embargo, a partir de ahora todos querrán comer de ese “pastel”. Los actores políticos tendrán sus propios proyectos políticos, surgirán liderazgos que hasta ahora se mantenían a la sombra de AMLO. El reto de MORENA como partido se verá en las próximas elecciones intermedias.
El Partido Revolucionario Institucional ha tenido el peor resultado electoral en su historia, medicamente hablando diría se encuentra con “en estado de coma”, quien sabe cómo le hará para posicionarse como una alternativa en los siguientes procesos electorales, para entender el desastre  vale la pena revisar los resultados en el Estado de México; en el Congreso Local la coalición abanderada por MORENA aparentemente obtendrá la victoria en 42 de 45 distritos y 54 de 125 municipios. Esta derrota en el último bastión priista ya se veía venir desde las elecciones del año pasado – debido a que MORENA obtuvo más votos – que si no fuera por sus aliados, no hubiera ganado la Gubernatura el año pasado. Se avecina la extinción del PRI, algo que parecía imposible hace apenas seis años, el tiempo dirá si al fin los “Dinosaurios” se extinguen con el meteorito llamado electorado. 
Así como Meade tenía que cargar la cruz llamada PRI, Anaya – una menos pesada – hizo lo propio, debido a que precisamente el PAN a partir del 2000 fue el partido de la esperanza, del cambio, de la alternancia, pero también de la decepción, probablemente el resultado no hubiera sido tan malo, pero a eso le sumamos la división interna y se dio lo que ya conocemos
Acción Nacional se perfila para ser la principal oposición al nuevo Gobierno, así lo dejó claro Ricardo Anaya en conferencia de prensa el primero de julio cuando reconoció su derrota, sin embargo primero deben de ordenar su casa, los “rebeldes” del PAN se encuentran al asecho, es el escenario perfecto para buscar recuperar el partido que les arrebató Anaya. Algunas voces críticas del partido señalan que el resultado es una oportunidad para refundarlo, habrá que ver si Anaya se aferra seguir con el control.
El mejor ejemplo del mal resultado panista se encuentra en Baja California, Estado históricamente ganado por el partido, donde inició la alternancia en los Gobiernos. De tener ocho diputados por principio de mayoría relativa pasa a no tener ninguno, en el Senado se perdieron los dos escaños. Hay que hacer una anotación para el caso del Estado, hay que darle algo de crédito a los desastrosos Gobiernos, Kiko Vega en el Estado y el apodado “Patas” en Tijuana.
El PAN deberá entrar en un proceso de reflexión interna si es que quiere de nuevo ser la alternativa y oposición que alguna vez llegó a ser.
Habrá una reconfiguración del Sistema Político Electoral mexicano, pasó un “huracán” llamado Andrés Manuel López Obrador el cual removió todo, a partir de la instauración de nuevo Gobierno, nuestro sistema ya no será el mismo. Veremos si se repite el patrón de los últimos procesos electorales, después de cada proceso hay reforma electoral para cambiar aquello que a los partidos políticos les estorbó.
Todo el cambio nos lleva retroceder aparentemente en cuanto a que tendremos un presidente hecho en el viejo PRI, con el capital político que solía tener el viejo PRI, con el pragmatismo del viejo PRI, con la intolerancia del viejo PRI.
Espero estar equivocado. En seis años estaremos evaluado ya con hechos las repercusiones de lo acontecido el domingo pasado.