Supongamos por un momento que si
existe la mafia del poder – nótese que no tiene comillas – y que Andrés Manuel
es quien dicen que es, la persona que va a cambiar por completo el país,
combatirá la corrupción e impunidad, y no habrá cabida para quienes pretendan
violar el estado de derecho desde el gobierno.
Partiendo de lo anterior la mafia
del poder estaría muy preocupada porque hoy más que nunca Andrés Manuel tiene
grandes posibilidades de ganar. La lógica – aunque en política muchas veces no
se usa – diría que se repetirá lo mismo que en los dos procesos pasados; 2006
el PRI sabiéndose perdido apoyó a Felipe Calderón, 2012 el PAN hizo lo propio a
favor de Peña, que si la campaña hubiera durado un par de semanas, el Peje
estaría en los Pinos.
Es un hecho que el
PRI no volverá a los pinos en el 2018, tan urgidos estaban que tuvieron que
cambiar sus estatutos para que un alguien no afiliado el partido pudiera ser
candidato, aun así Meade no ha sido lo que todos pensaban. Ningún candidato tiene
posibilidades - aunque se hagan sus chaquetas mentales con Meade o
independientes – reales de ganarle al Peje más que Ricardo Anaya. La elección
se va a polarizar entre ellos.
Como se veía venir, Anaya se despegó
en las precampañas de Meade, de estar en un tercer lugar, subió a segundo y la
tendencia era ir por el Peje, sin embargo el PRI se sigue aferrando a la
contienda, ha iniciado una campaña contra Anaya – creo que él no se la esperaba
– que realmente tambalean sus posibilidades de ganar.
No es un caso nuevo, ya se le había
señalado públicamente sobre un participación en un esquema de lavado de dinero,
la cuestión es que Anaya compró un terreno en el 2014 a 13 millones de pesos,
en el cual construyó una nave industrial, dos años después fue vendido por 54
millones de pesos. Resulta – que casualidad – que el 16 de febrero la empresa Manhattan Master
Plant Development, compradora de la nave
industrial fue declarada “empresa
fantasma” por el SAT, el 20 se le acusa de lavado de
dinero y el 26 del mismo mes se publica un video de hace trece años donde Anaya se
encuentra en la boda de Manuel Barreiro Castañeda, dueño de dicha empresa.
Más
allá de que sea vead o no, el hecho es que están “bajando” al único
integrante de la mafia del poder que puede
ganarle al Peje. El PRI debe
de medir a sus ataques porque si los siguen haciendo aunque después todos se
vayan a favor de Anaya, el daño será tal que no le alcanzará para derrotar al
Peje, que hasta el momento lo único que tiene que hacer es ver como sus
contrincantes se destruyen.
El grave error de la mafia del poder es creer que
quitándole votos a uno de sus integrantes – Anaya – en automático que se irán
con Meade. Anaya
y su grupo no dejaron tantos enemigos en el camino como para declinar – de
facto – por la coalición encabezada por el PRI.
La mafia del poder por primera vez – están a tiempo de parar
– estaría yendo dividida y eso les puede costar caro. A reserva de que parte de esa mafia
– PRI – ya haya sido purificada y tenga acuerdos con ya saben quién, es una hipótesis
que ya algunas voces han comenzado a replicar.
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