miércoles, 6 de marzo de 2019

Aniversario del PRI:"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"

"Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", esto escribió Augusto Monterroso en 1959. Esta minificción bien se puede contextualizar a la realidad del PRI. Después de 90 años despertamos y aún sigue aquí. 

El Partido Revolucionario Institucional esta semana "festeja" su noventa aniversario. El 4 de marzo de 1929 se constituyó bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1938 se modificó su nombre como el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y finalmente en 1946 bajo el nombre que ya todos conocemos por sus siglas PRI. 

La historia del sistema político mexicano, así como la construcción social posterior a la revolución mexicana del país no se puede entender sin el  PRI. 

Un partido que en sus orígenes fue diseñado para la repartición de poder una vez terminada la revolución, con estructura corporativista en el cual todos cabían, "había para todos", no había problema aparentemente. 

En su afán de poder el PRI institucionalizó y ha heredado el peor de los males, la corrupción. La cual es la causa de los grandes problemas que hoy aquejan a México. 

http://pri.org.mx/SomosPRI/
La corrupción trajo inseguridad, desempleo, desigualdad social, servicios públicos ineficientes, mala educación, poca competencia económica, etc. No por nada el lema principal del ahora Presidente durante su campaña fue el combate a la corrupción. Tanto ha sido la herencia que el principal problema del último gobierno emanado del PRI fue la causa y como consecuencia la decadencia de la figura presidencial de Peña, el final de su gestión ya la sabemos. 

La primer fractura del régimen priísta - el inicio de la transición democrática - se dio con el movimiento estudiantil de 1968, la segunda con el fraude electoral en 1988 y finalmente en el 2000 con la llegada de la alternancia. 

Se pensaba que iniciaba el fin del partido, sin embargo éste se reagrupó y proyectó a una figura para regresar a los Pinos - claro, contribuyeron los Gobiernos panistas que nunca supieron, entendieron o quisieron desmantelar al PRI - que consiguieron en el 2012 con Peña Nieto. 

Una nueva generación es la que presumían, claro, puede ser nueva, pero con las mismas viejas prácticas que hicieron posible la alternancia. Prácticas similares a contextos distintos, definitivamente no era posible tener los mismos resultados en el sentido de recuperar el poder como en los viejos tiempos. 

El PRI actual jamás, ni en sus peores pesadillas se imaginó un presente como ahora lo tiene, de ser el partido que decidió absolutamente todo de la vida pública del país; hoy tiene una voz que cuenta muy poco por no decir nada. 

En las próximas intermedias habrá además de renovación de la cámara de diputados, 13 gubernaturas que serán la clave para dictaminar el futuro del partido. Sin contar que no tiene nada que hacer en el presente proceso electoral en varias entidades de la República.

Todo parece indicar que la desaparición como tal es inminente y que probablemente quien absorba al partido sea la creciente fuerza política llama MORENA. Esto aún se puede poner en tela de juicio, pero no descartar ¿Por qué? La respuesta es sencilla, los orígenes de MORENA son priistas.

A 90 años el PRI no tiene nada que celebrar, quizá quienes tienen que celebrar al ver la debacle del partido sean nuestros padres o abuelos quienes vivieron bajo su régimen. Los que no lo vivieron igualmente tiene algo que celebrar, ya que a lo largo de su historia el PRI cimentó los grandes problemas del presente que afectan a las nuevas generaciones. 








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